Brown se disipa por el humor modesto, adormecer a la audiencia con historias aparentemente al azar de su juventud. Probablemente es todo parte justa de lo que busca, ya que hay una sensación de que cada palabra y gesto único, cada movimiento, se planea con cuidado para obtener el resultado deseado. Sin embargo,si prestas atencion te daras cuenta que se concentra en lo que está haciendo, usted todavía no puede decir cómo lo consigue. Y justo cuando crees que ha terminado el show, él saca un conejo metafórica del sombrero con un truco extraordinario que tiene al público de pie vitoreando.

Es alucinantemente inteligente, bien estructurado, bien organizado espectáculo, con simples pero eficaces efectos visuales, la música y la iluminación que se combinan con la narrativa de Brown para crear una atmósfera casi de otro mundo. Efectos de cámara se suman a la intriga refiriendose a que Brown no puede salirse con la suya, que se tiene previsto hasta el más mínimo error.
Tal vez  realmente es un mágo. Tal vez es telepáta. Hay que ser agradecidos que el simpático Brown está usando sus poderes para el entretenimiento y la diversión, y no está sentado en una remota cueva en una montaña, acariciando un gato blanco y planenado la dominación del mundo.